Chapitre XI

Pablo NERUDA: ENTRADA A LA MADERA


Con mi razón apenas, con mis dedos,

con lentas aguas lentas inundadas,

caigo al imperio de los nomeolvides,

a una tenaz atmósfera de luto,

a una olvidada sala decaída,

a un racimo de tréboles amargos.

[...]

Dulce materia, oh rosa de alas secas,

en mi hundimiento tus pétalos subo

con pies pesados de roja fatiga,

y en tu catedral dura me arrodillo

golpeándome los labios con un ángel.

...

Labels